ROMERO, G. (9 de mayo de 2023). Piden la creación de un Estatuto de Ciudadanía Europea que mejore la movilidad en la UE. Diario Enfermero. Recuperado de www.diarioenfermero.es
La Unión Europea que hoy conocemos se ha ido construyendo en diferentes tratados, que han ido reconociendo distintos derechos a los ciudadanos europeos que van mucho más allá de la libre circulación de los inicios. Sin embargo, sigue habiendo mucho desconocimiento sobre los derechos que nos asisten. Por ello, desde la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo quieren impulsar la creación de un Estatuto de Ciudadanía Europea que los recopile y mejore la movilidad dentro de la Unión Europea. Así, piden la creación de un Estatuto de Ciudadanía Europeo que mejore la movilidad en la UE.
Como explicaba Maite Pagazaurtundua, eurodiputada de Ciudadanos y vicepresidenta de la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo, en declaraciones a DiarioEnfermero.es, “la idea del Estatuto es compilar todos los derechos que tenemos por ser ciudadanos europeos, actualizar algunos y mejorarlos y, sobre todo, que se conozcan. Al final, de lo que se trata es de que cada ciudadano europeo pueda estar en cualquier rincón de Europa como si estuviera en el pueblo donde nació”.
“La idea de las grandes libertades que tenemos por ser ciudadanos europeos es no tener fronteras interiores. Del mismo modo que se ha desarrollado la legislación para que no haya fronteras para los capitales o los servicios para las personas, Todavía podemos mejorar el sistema que tenemos para garantizar la movilidad de las personas. Queremos reforzar la idea de que somos una ciudadanía europea”.
Para darle difusión a esta idea Pagazaurtundua ha organizado un acto en Madrid, en la sede del Parlamento Europeo en nuestro país, para explicar su propuesta de Estatuto de ciudadanía europea, un ‘pasaporte’ que reúna, actualice y amplíe los derechos y libertades inherentes a la pertenencia a la UE. En él también participaba Raquel Rodríguez Llanos, vicepresidenta del Consejo General de Enfermería, quien analizaba el reconocimiento de las competencias y cualificaciones profesionales que se exige a los profesionales sanitarios para trabajar en otro Estado miembro.
Así, subrayaba que “el Consejo General de Enfermería es la autoridad competente que comunica a los Estados si una enfermera está capacitada y habilitada para trabajar o no en cualquier Estado de la Unión Europea o fuera de él -con los denominados certificados de idoneidad-. La Unión Europea lo que establece son directivas concretas para la equivalencia de los títulos. Hay unos requisitos mínimos de competencias académicas y profesionales que son los que van a garantizar que a nivel profesional una enfermera pueda trabajar en España, igual que puede trabajar en cualquier Estado miembro de la Unión Europea. Esas equivalencias y competencias ya están definidas y eso hace que la libre circulación de enfermeras se realice con total garantía”. Por lo que este caso no sería preciso reformar ningún tratado para incluirlo en este estatuto. Sin embargo, a su juicio, nunca está demás mejorar la coordinación y armonización entre los Estados miembros, que siempre va a favorecer que vayan con mayores garantías”, añadía.
El Estatuto que proponen recopilar los derechos recogidos en los diferentes tratos y unificarlos en un articulado repartido en seis apartados: derechos de participación ciudadana, libertades, derecho a la buena administración y derechos digitales, garantías y disposiciones adicionales. Así, aquí estaría incluidos tanto la libertad de circulación en toda la UE y la libertad de residencia, como el reconocimiento de las competencias y cualificaciones profesionales.
Como señalaba otra de las ponentes, Teresa Freixes, Catedrática de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona, “el estatuto tiene base jurídica y sólo dos propuestas exigirían reformar los tratados. Si la voluntad de los políticos va en esa línea se podría tener antes de que concluya la legislatura europea. Sólo es un empujón para que sea realidad lo antes posible”, concluía. De hecho, lo que podría suponer un mayor problema sería fijar el Día de Europa, el 9 de mayo, como festivo en todos los países miembros, pues cada Estado establece su propio calendario laboral.