Publicado 23 de amyo 2024. Fuente: ConSalud
POR MANUEL GAMARRA
Enfermería de Salud Mental ha sido, después de Enfermería Obstétrico-Ginecológica (matrona) y de Enfermería Familiar y Comunitaria, la especialidad EIR (Enfermero Interno Residente) que más plazas ha ofertado en la convocatoria de 2024: 330. Sin embargo, también ha sido la penúltima especialidad -tras Enfermería Geriátrica- tanto en comenzar a elegirse como en agotar todas sus vacantes, muestra de que su reconocimiento todavía queda lejos entre las miles de personas que cada año aspiran a convertirse en enfermeros especialistas. Pero siempre hay excepciones, como la de Laura, quien acaba de comenzar su residencia en Bilbao con la ilusión y esperanza de poder ayudar a reducir el estigma que sufren estos pacientes.
“Es cierto que es una especialidad muy poco conocida. Quizá no olvidada, pero sí invisibilizada. La etiqueta de pacientes psiquiátricos siempre echa un poco para atrás, y cuando le comentas a la gente que te quieres especializar en eso te miran un poco con cara rara y te dicen: ‘¿no tenías otra cosa en la que meterte?’”, reconoce la joven en una entrevista concedida a ConSalud.es. Sin embargo, ella siempre tuvo claro que quería dedicar su carrera profesional como sanitaria a la salud mental, antes incluso de decantarse finalmente por estudiar Enfermería, cuando no conocía la posibilidad de especializarse en ello a través del EIR.
“Lo que no tenía muy claro era específicamente cómo hacerlo, porque ya sabes que cuando eres joven no sabes bien del todo qué carrera quieres estudiar. Pero luego entré en Enfermería y, yo creo que como casi todos, conocí el EIR durante la carrera, así que ahí ya me planteé el tema de la especialidad”, recuerda Laura. Pero no todo fue tan fácil: ella terminó el grado en 2020, año de pandemia, lo que, sumado al aspecto económico -“al final es un año de preparación casi exclusiva”-, no le hizo dar el paso hasta el 2023. “Yo no quería ser una enfermera que valiese para todo, quería especializarme, y creo que ese es el modelo que se debería seguir actualmente”, afirma.
Así, el año pasado comenzó con la preparación, y finalmente consiguió plaza al primer intento, algo de lo que no todo el mundo puede presumir: “Realmente fue algo curioso, porque lo que me hizo presentarme al EIR fueron los contratos precarios que solemos tener las enfermeras. Me redujeron la jornada, y como soy una persona inquieta, no sabía qué hacer con mi vida. Así que dije: ‘pues me preparo el EIR, y si suena la campana al fin consigo lo que quiero’”. Y la campana sonó, y Laura se hizo con una de las dos plazas de Enfermería de Salud Mental en la Unidad Docente Multiprofesional de Salud Mental del Hospital Universitario de Basurto.
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