Las interconexiones entre salud humana, animal y medio ambiente son claves para entender los desafíos de la salud pública global. El concepto One Health surge para alcanzar esos objetivos, un término sobre el que ha pivotado el II Seminario de la compañía biofarmacéutica MSD y la Plataforma One Health en España, bajo el lema «Un mundo, una salud». «One Health es una herramienta para resolver problemas complejos y actualmente no hay nada más complejo que los temas relacionados con la salud por la multitud de elementos que intervienen, que pueden ser factores medioambientales, animales, temas sociales, económicos y culturales», apunta Maite Martín, presidenta de la plataforma One Health en España y profesora de la facultad de veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona.
El mundo ha cambiado enormemente en los últimos 80 años. La actividad desarrollada por la especie humana, con la deforestación, pérdida de biodiversidad, el incremento de factores contaminantes, el calentamiento global y el cambio climático son los factores que explican el origen del desequilibrio ecológico que se está produciendo y que está intensificando esa interdependencia entre la salud de las personas, los animales y el medio ambiente. Por tanto, «si queremos abordar y prevenir la aparición de la enfermedad de las personas, hay que considerar todos los elementos y actuar en el origen, que es justo lo que pretende el enfoque integral de One Health», sigue la presidenta de la plataforma para la salud global.
El 60% de los agentes patógenos que causan enfermedades humanas tiene su origen en los animales domésticos o silvestres, y el 75% de las enfermedades humanas infecciosas emergentes tienen también origen animal, tal y como indica la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE) y éstas, cada vez van a ser más letales y recurrentes, tal y como afirman los expertos en este seminario. Todo está vinculado, interrelacionado. El ejemplo más reciente y evidente ha sido el de la pandemia por COVID-19. El salto de especie de un virus de origen animal en un punto concreto de China confinó de forma global a toda la población. Tres meses en casa con una pandemia no solo sirvió para ser conscientes de la importante interconexión entre salud humana y animal, sino también las consecuencias que esto tuvo para con el medio ambiente, con cielos más despejados de contaminación o animales que tomaron su hábitat natural, ya ocupado por la especie humana. La pandemia «no solo tuvo un gran impacto sanitario, sino que también tuvo unas consecuencias económicas y un grave impacto a nivel social», sigue Martín.
Mantener este estilo de vida contaminante y poco consciente augura un futuro nada bueno. Estos expertos advertían en sus ponencias de las principales amenazas a las que ya nos enfrentamos, como «enfermedades emergentes que van a ser cada vez más frecuentes y letales, las resistencias a los agentes antimicrobianos, todos los efectos debidos al cambio climático, como, por ejemplo, el incremento de la tasa de mortalidad, el empeoramiento de afecciones respiratorias, cardiovasculares… Esto también nos está llevando a la sequía, con pérdidas de cosechas, personas que pierden sus ingresos…», lamentaba la presidenta, quien también quiso abogar por una sociedad donde la economía y la salud «vayan de la mano», pues «cuanta más salud tenga un país, mayor será la productividad. Si adoptas una decisión que va en contra de la salud, eso no solo incrementa la tasa de mortalidad y el gasto sanitario, sino que todo ello lleva a una serie de pérdidas en términos de disminución del producto interior bruto debido a las bajas laborales«, apostillaba.
❝Si el sector sanitario fuera un país sería el quinto emisor del planeta❝
El concepto One Health aún no ha calado en la sociedad, y es precisamente esa sociedad quien se transforma en pacientes de un sistema sanitario muy poco sostenible. «Si el sector sanitario fuera un país sería el quinto emisor del planeta«, sentenciaba Pablo Barrenechea, director de Acción climática de la Fundación de Ecología y Desarrollo (ECODES). «El cambio climático es un vector que, en algunos casos, lo que está haciendo es cronificar algunas enfermedades, siempre vinculadas al aumento de las temperaturas. Por otro lado, viene asociado a vectores de enfermedades que, en algunos casos en nuestro país estaban erradicadas, como el dengue, la malaria, y que, en otros países, obviamente con este aumento de temperaturas, esos vectores ven ampliados sus espectros y sus capacidades de generar enfermedades«, sigue el director de ECODES. Por ello, trabajar por generar un mundo sanitario más eficiente y sostenible comienza a traducirse en una emergencia mundial. «El sector sanitario tiene una gran responsabilidad en lo que a reducir sus emisiones se refiere. Esto si tenemos en cuenta el impacto del sector, requiere de un enfoque multidisciplinar, que, por un lado, reduzca los consumos energéticos que se generan en los centros sanitarios y, por otro, reducir de manera específica el uso de gases anestésicos y otros medicamentos que generan emisiones de gases de efecto invernadero, como por ejemplo, los inhaladores con propelentes», recomienda Barrenechea.
Además, este experto apuntaba a medidas de muy fácil implantación cuyo impacto puede ser determinante en la salud de las personas, como «introducir luminarias led en todo el hospital, modificar las ventanas, el tipo de aire acondicionado, cómo se utilizan los vehículos propiedad de los servicios sanitarios o cómo se está atacando el desperdicio alimentario en un hospital donde miles de raciones terminan en la basura, cómo se gestionan los residuos, el agua… medidas que pueden ser habituales en la gestión sanitaria y hospitalaria y que tienen ese impacto en la reducción de emisiones», expone.
Los datos están claros, cada día los medios nos informan de las consecuencias que un mal cuidado del planeta puede tener en nuestra salud. Sin embargo, para que el concepto One Health cale en la población y se pongan en marcha las medidas oportunas, el trabajo debe ser colaborativo. «Nadie puede quedar al margen, por supuesto, aquí el profesional sanitario debe ser el primero que nos traslade por qué debemos hacer un consumo responsable de los antibióticos, no automedicarnos, saber que cuando tenemos un sobrante de medicamentos debemos ir a la farmacia a depositarlo… en definitiva, contribuir a la no generación de residuos. Esto nos afecta en el día a día y debemos hacer un trabajo común como paciente y como ciudadano», añade Raquel Sánchez, asesora del Foro Español de Pacientes.
Para lograr esto se requiere una alineación de todos los profesionales sanitarios, pero entre ellos, «el colectivo de enfermería tiene un papel esencial porque al fin es el sanitario que tiene más contacto día a día con los pacientes, y con pacientes de muy distinta edad, desde los más pequeños hasta los más mayores, que son quienes acuden habitualmente a los centros de salud y quienes requieren de atención especializada. Trabajan con el uso de medicamentos y su reciclaje, advirtiendo de esos malos usos que le damos. Cuidan a pacientes polimedicados y son líderes en la vacunación» -detalla-, un recurso fundamental para el control de estas enfermedades emergentes que, además ayuda a frenar su expansión.