Los pediatras recomiendan el «Baby Led Weaning», el método alternativo a la cuchara

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Si hay algo que preocupa a los padres es la alimentación de sus hijos, sobre todo si se trata de bebés. Desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) coinciden al asegurar la importancia de la lactancia materna para promover la salud, el crecimiento y el desarrollo infantil. Sin embargo, apuntan que «tanto la leche materna como la de fórmula no son suficientes después de los seis meses para satisfacer las necesidades nutricionales de los bebés, debiéndose administrar aportes suplementarios de otros alimentos».

Este es uno de los motivos por el que en los últimos años se ha puesto de moda un método alternativo a la cuchara. Se trata del Baby Led Weaning (BLW), que consiste en una alimentación complementaria guiada por el propio bebé, que permite que el lactante manipule los alimentos con sus manos y se los lleve a la boca. «El objetivo es que los padres vayan dando al bebé poco a poco trocitos de los alimentos que coma habitualmente la familia, explica a ABC Begoña Domínguez, presidenta de la AEPap.

Algunos padres se llevan las manos a la cabeza, «pero lo cierto es que ya nuestros abuelos comían así, porque no les preparaban purés como a los niños de ahora. Lo que ocurre —apunta— es que ahora por las prisas es más cómodo darle un puré al niño cucharada a cucharada a esperar a que mastique alimentos y los trague».

 

La presidenta de la AEPap añade que lo recomendable es que a los bebés se le ofrezca la misma comida que al resto de la familia «siempre que sea saludable», como pueden ser trocitos de judías verdes, patatas, pescado, pollo, garbanzos, plátano, pera, galletas... Lo ideal es que los coja con la mano para que experimente las distintas texturas y, al masticarlos, se favorecerán que se fortalezcan todos sus músculos de la boca. «Eso no quiere decir que no tome purés porque el día que la familia tome un puré, un gazpacho o sopa, al niño también se le ofrece», afirma.

«Después de que los pruebe y se compruebe que no quiere más, se les puede ofrecer el pecho, o la leche de fórmula en su caso, hasta que queden saciados», matiza Begoña Domínguez

Asegura que «este método no debería iniciarse antes del sexto mes y que puede introducirse siempre que el lactante haya adquirido ciertas competencias motoras y cognitivas». Uno de los objetivos del «Baby Led Weaning» es conseguir que la alimentación sea a demanda de las necesidades del niño. Así, aclara la especialista, «el bebé puede mostrar hambre y saciedad con gestos, evitando forzarle a comer».

A través de este método, el niño adquiere un rol más activo, favoreciendo que pueda regular las cantidades de alimento que ingiere, y desarrolle sensaciones de saciedad, ayudando, incluso, a prevenir el desarrollo de la obesidad.

Además, ayuda a fomentar una mayor aceptación de los alimentos normales de la familia con una variedad de texturas y sabores y a conseguir un mayor consumo de alimentos más sanos, sin olvidar que es fundamental para promover hábitos de alimentación saludables en edades tempranas, así como para fomentar el desarrollo psicomotor del niño.

Por último los pediatras de AEPap, recuerdan que «la educación por parte de los progenitores en todo lo relacionado con la alimentación y nutrición de los niños, es fundamental». Y destacan la importancia de que los padres sean un modelo de hábitos dietéticos saludables para sus hijos.

«La alimentación complementaria con cuchara puede ser necesaria en algunos niños. Es importante que los padres conozcan qué alimentos son más adecuados para empezar (blandos, que se puedan manipular con la mano y ser aplastados por la lengua contra el paladar), cuáles tienen mayor contenido en hierro y cuáles deben evitar por el riesgo de atragantamiento (frutos secos, zanahoria cruda, frutos con hueso o semillas).

Identificado un tratamiento que podría resultar eficaz frente al cáncer de pulmón más prevalente

La combinación de dos fármacos experimentales logra que el cáncer de pulmón no microcítico resistente sea susceptible a la radioterapia

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Radiografia de paciente con ca ncer de pulmón

En torno al 85% de todos los casos de cáncer de pulmón están causados por el tipo denominado cáncer de pulmón no microcítico –o ‘carcinoma pulmonar de células no pequeñas’–. Un tipo de tumor cuya supervivencia a los cinco años se establece en solo un 2%. De ahí la necesidad de desarrollar nuevos tratamientos frente a este cáncer, muy especialmente frente al subtipo con mutaciones en el gen ‘KRAS’, resistente tanto a las terapias convencionales como a las dirigidas. Y según un estudio llevado a cabo con modelos animales –ratones– por Investigadores de la Universidad Thomas Jefferson en Filadelfia (EE.UU.), la solución podría encontrarse en la combinación de dos fármacos anticancerígenos experimentales y radioterapia.

Como explica Bo Lu, director de esta investigación publicada en la revista «Clinical Cancer Research», «a día de hoy ya está en marcha un ensayo clínico para evaluar la combinación de dos fármacos, trametinib y palbociclib, en el tratamiento de pacientes con tumores sólidos y melanoma. Y si bien aún se requieren investigaciones en humanos para confirmar las nuevas evidencias, nuestro estudio sugiere que podemos ser capaces de identificar a los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico que se podrían beneficiar en mayor medida de esta combinación de terapias».

Terapia combinada

 

En el estudio, los investigadores identificaron que algunos pacientes con cáncer de pulmón no microcítico y la mutación KRAS presentaban una mayor tasa de mortalidad. Concretamente, se trataba de aquellos pacientes que también presentaban la mutación p16, lo que explicaba que no respondieran a la administración del anticancerígeno específico frente a la mutación KRAS. Por tanto, y con objeto de lograr una mayor susceptibilidad del tumor al tratamiento, los autores añadieron a la terapia un segundo fármaco específicamente dirigido a la mutación p16.

Podemos ser capaces de identificar a los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico que se podrían beneficiar en mayor medida de esta combinación de terapiasBo Lu

El resultado, como muestra el estudio, es que la combinación de ambos fármacos lograba que el tumor, hasta entonces resistente, fuera susceptible a la radioterapia. Como destaca Bo Lu, «si golpeas únicamente un objetivo, el otro puede tomar el control. Pero si golpeas los dos, se convierte en una bala mortal».

En la actualidad, ni trametinib ni palbociclib están aprobados en el tratamiento del cáncer de pulmón. Pero como concluye Bo Lu, «esperamos que nuestro estudio ayudará a identificar a aquellos pacientes que podrían beneficiarse de la triple terapia».

Victoria contra el cáncer que surge sin mutaciones

Investigadores españoles demuestran cómo frenar tumores sanguíneos típicos de las personas mayores

Células con leucemia (izquierda) junto a un glóbulo rojo.

Células con leucemia (izquierda) junto a un glóbulo rojo. / Getty

 

Del mismo modo que no puede haber un caso de asesinato sin cadáver, los científicos han pensado durante décadas que no puede haber cáncer sin mutaciones. Son estos defectos genéticos acumulados en las células durante años los que acaban desatando la aparición de un tumor. En parte por eso el cáncer es una enfermedad íntimamente ligada al envejecimiento. Ahora, un nuevo estudio dirigido por investigadores españoles demuestra que también este dogma tiene excepciones: existe el cáncer sin mutaciones.

El trabajo se centra en un proceso biológico fundamental: la estabilidad de las proteínas. Las proteínas son los productos de los genes y regulan la inmensa mayoría de los procesos que nos mantienen vivos. Dentro de nuestro organismo hay un sofisticado sistema que se encarga de producir las que son necesarias, destruir las que ya no son útiles y limpiar aquellas que están dañadas y podrían causar problemas de salud. Con la edad, el sistema empieza a fallar y se pierde el equilibrio entre proteínas buenas y malas. “Ese desequilibrio es uno de los marcadores más claros del envejecimiento que conocemos”, explica Carlos López Otín, investigador de la Universidad de Oviedo y autor principal del nuevo estudio. Hace unos años, su equipo se propuso investigar si ese mismo proceso también podría desatar el cáncer.

En un trabajo publicado hoy en Nature Medicine los investigadores han conseguido identificar una proteína que resulta fundamental para la aparición de un gran grupo de tumores sanguíneos conocidos como síndromes mieloproliferativos. Se trata de enfermedades relativamente comunes en personas mayores y en España hay unos cinco nuevos casos anuales por 100.000 habitantes. La falta de la proteína en cuestión, llamada AIRAPL, hace que se descontrole el sistema que regula el crecimiento de las células. Sin esa proteína comienza la proliferación de células sanguíneas defectuosas que dan lugar a un tumor sanguíneo.

Ahora vemos por primera vez que puede haber tumores sin mutaciones, que aparecen solo debido a fallos de la estabilidad de las proteínas”

Los investigadores han demostrado este mecanismo en ratones y han comprobado que lo mismo sucede en la sangre de unas 100 personas que sufren este tipo de tumores. El estudio detalla cómo la falta de esta proteína hace que el receptor del factor de crecimiento IGF-1 esté anormalmente activo, lo que desata el crecimiento de las células tumorales. El IGF-1 es un viejo conocido de cualquier investigador sobre el envejecimiento y los niveles bajos se han asociado a una mayor longevidad tanto en humanos como en animales. En su estudio, los investigadores también demuestran que se pueden revertir estos tumores en los ratones usando inhibidores del receptor de IGF-1, un tipo de fármacos ya aprobados para tratar otros tipos de cáncer, explica López-Otín.

“Durante seis años dedicamos miles de horas al estudio de qué mutaciones causan cáncer y hemos encontrado que en las leucemias hay más de 2.000 mutaciones en cada paciente”, detalla López-Otín. “Ahora vemos por primera vez que puede haber tumores sin mutaciones, que aparecen solo debido a fallos de la estabilidad de las proteínas”, resalta. Este proceso parece explicar algunos muchos casos de cánceres sanguíneos, dice, y posiblemente esté presente también en tumores sólidos, por ejemplo, de hígado. “Sin duda es necesario seguir investigando con este nuevo posible tratamiento para evaluar si hay pacientes que puedan beneficiarse de él”, concluye.

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