Ourense, 8 octubre 2024. En enfermería, la investigación a menudo se encuentra relegada a un segundo plano, donde la carga asistencial ocupa la mayor parte del tiempo y los recursos. Sin embargo, hay voces que abogan por construir puentes que permitan a la profesión generar conocimiento y posicionarse estratégicamente. Raquel Rodríguez Blanque, doctora por la Universidad de Granada y enfermera especialista en Ginecología y Obstetricia, es una de ellas.
Con una sólida trayectoria como docente e investigadora en el Servicio Andaluz de Salud, forma parte del profesorado del Curso de Fundamentos de la Investigación organizado por el Colegio de Enfermería de Ourense. Raquel sostiene que “para investigar se necesita que te arropen, que te dirijan, que te acompañen”. En esta entrevista, analizaremos la actualidad de la investigación en enfermería, los retos que enfrenta y la importancia de fomentar una cultura investigadora entre los profesionales.
¿Cómo está en este momento la investigación en enfermería? ¿Sigue siendo un tema, no quisiera decir tabú, pero más minoritario? ¿Y qué es lo que podemos hacer desde diferentes ámbitos para apoyar o para extender la investigación en el ámbito de enfermería?
La verdad es que no querías nombrar esa palabra de tabú, pero es verdad que sigue siendo un tabú, es un reto pendiente que tenemos las enfermeras. No sé cómo está orientado el sistema sanitario en Galicia, pero supongo que es igual en todos los sitios del sistema nacional de salud. En enfermería la carga asistencial es nuestra prioridad. Somos meramente asistenciales y no vemos la necesidad de la investigación, quedando relegada a un segundo, tercer o cuarto papel, porque hay tal carga de trabajo que dedicamos todo nuestro esfuerzo a sacar ese trabajo asistencial.
¿Qué pasa con esto? No se mejora en la profesión, no se genera conocimiento nuevo, se quedan las prácticas muy atrancadas, no hay ese cuerpo de conocimiento y esa destreza a la hora de generar conocimiento por parte de las compañeras y es muy necesario. Estas iniciativas que tienen los colegios de enfermería y otras entidades, ya sea este curso básico u otras iniciativas, es una manera de solucionar cómo tenemos ahora mismo orientada la enfermería.
¿Y qué espero? Sobre todo, que los profesionales le pierdan el miedo a la investigación y eso también es otro reto que tenemos por delante. No investigo porque no tengo tiempo y además porque no sé y porque cuando tú hablas de investigación parece que estás hablando de una cosa súper difícil. En la clínica diaria van a surgir miles de preguntas y lo que debemos hacer es ayudar a las compañeras clínicas a articular esa pregunta. A lo mejor no se puede hacer un ensayo clínico pero se puede hacer una observación o una revisión o puedo generar evidencia científica de una manera muy pragmática y quitarle el miedo. Dar herramientas para que puedan iniciarse y pierdan el miedo. Y se sientan con ganas.
¿Lo más difícil a la hora de enfrentarse por primera vez a una investigación es hacer las preguntas adecuadas o hacer la primera pregunta? ¿O hay otro tipo de herramientas que nos faltan para abordarlo?
Para el clínico esa es la parte más fácil porque el clínico tiene muchas preguntas y además preguntas súper potentes, preguntas muy relacionadas con el usuario y muy necesarias porque tiene un resultado en salud muy directo. La pregunta de investigación del académico es más abstracta. Se mueve en la teoría. Sin embargo, el clínico es mucho más pragmático porque le surgen dudas de su día a día. ¿Qué es lo que le pasa a esa pregunta del clínico? Que no sabe articularla de manera científica. Entonces ahí es cuando ya empieza la barrera, y estas iniciativas de cursos básicos de investigación, con una orientación muy práctica, ayuda mucho, pues ya no se ve la investigación como algo ajeno a la profesión.
¿Ha cambiado en los últimos años el ámbito de la investigación y concretamente de la investigación enfermera a través de diferentes iniciativas: premios, concursos?
Con respecto a años anteriores, sí se está respaldando, se realizan concursos, jornadas científicas, se otorgan más premios a trabajos de investigación… pero es verdad que no es suficiente, ese reconocimiento tiene que ir más allá. El Sistema Nacional de Salud debe dar reconocimiento a esta labor, si queremos que investiguen nuestras enfermeras deben marcar una diferencia entre la enfermera que lleva una labor investigadora y la que no. ¿Y cómo se puede hacer eso? Con un reconocimiento en bolsa, dándole más valor a los estudios de doctorado, a la participación en proyectos de investigación, a la difusión del conocimiento mediante la publicación en revistas de prestigio... Tienes que premiar la labor investigadora de esos profesionales de una manera mucho más potente y decisiva.
¿La dotación de recursos, la financiación es un factor que a muchas enfermeras y enfermeros le retraen a la hora de empezar en este ámbito?
El no tener recursos financieros evidentemente es un problema, porque una investigación potente necesita ese recurso financiero, pero no creo que sea la barrera principal de la enfermera. La barrera principal de la enfermera es que está muy absorbida por la clínica, que tiene un déficit de formación y tienen dificultades para integrarse dentro de equipos de investigación porque creen que no tienen nada que aportar. Cuando hay equipos multidisciplinares muchas veces en los hospitales, el recurso de la enfermera es meramente para hacer trabajo de campo y ahí se han quedado, relegadas. Al no tener herramientas para poder investigar ellas mismas, no dan pasos hacia adelante.
Hablabas de un poco una sensación de complejo, no sé si existe esto mismo en todo el ámbito de investigación, es decir, independientemente de que sea enfermera o no, de que sea en el ámbito sanitario o no.
La carrera investigadora, dependiendo del medio donde tú te muevas, tiene un enfoque totalmente distinto. Dentro de la universidad, evidentemente, la carrera investigadora es sí o sí. Nosotros somos personal docente e investigador, no podemos dedicarnos únicamente a la docencia, nosotros llevamos aparejada esa faceta investigadora y la tienes que hacer porque además está muy reconocida.
Cuando salen las promociones, lo que vemos es que se nos queda un alumno, dos alumnos que quiere hacer esa carrera docente e investigadora, pero el resto va al sistema sanitario y ya entran en esa dinámica asistencial. Eso nos debe llevar a preguntarnos si lo estamos haciendo bien, porque no estamos dando una visión integral de todas las facetas de una enfermera. La enfermera no solo tiene un papel asistencial, sino también docente, investigador, gestor… y esto no es para consuelo, nuestro país no se caracteriza precisamente por ser un gran retenedor del talento, los grandes investigadores migran a otros países donde la labor investigadora está mucho más reconocida.
¿Qué consejo le darías a cualquiera de los alumnos que hoy nos acompañan en el curso o a cualquier profesional que quiere acercarse por primera vez al ámbito de la investigación?
Le diría que es afortunada porque su colegio está haciendo este curso, eso en primer lugar, cosa que en todos los sitios no ocurre. Investigar necesita que te arropen, que te dirijan, que te acompañen, porque investigar es una labor dura. Y si encima estás sola te va a costar mucho trabajo. Ya que tienes este recurso dentro del colegio, pues que lo aprovechen.
La enfermería es asistencial, desde luego, es clínica, pero también es investigación. Las instituciones como el colegio u otras instituciones sanitarias, ¿qué pueden hacer para ayudar, para formar parte de la solución y equilibrar de alguna forma un pilar y otro pilar?
Estos cursos ayudan mucho. Las jornadas científicas y la creación de comités científicos para eventos donde participan las enfermeras con pequeños trabajos de investigación, son cosas que suman, cuando otorgamos premios, estamos reconociendo esa labor de la enfermera, que además de su trabajo en la clínica, ha hecho un trabajo de investigación, eso lo debemos premiar y fomentar, en forma de productividad, en forma de ocupar cargos más especializados, de formar parte de comités… El Colegio de Granada, de donde nosotros venimos, ha creado una cátedra específica de investigación en cuidados enfermeros especializados y resultados en salud. Ahí estamos apoyando la profesión para que investigue, dotando de recursos humanos y económicos a aquellos especialistas y generalistas que quieren iniciar estudios de doctorado.
A través de cursos, a través de esta jornada científica, a través del reconocimiento de premios. Todas estas iniciativas siempre suman.
¿El futuro de la profesión pasa por la especialización y la investigación?
Yo como especialista creo mucho en la especialización. Creo que la enfermería está avanzando mucho, necesita desarrollar muchas más especialidades, porque la excelencia de la especialidad, del cuidado que se presta en ese contexto de especialización, es mayor. Y porque el plan formativo de estas especialistas va impregnado de investigación en su área específica.
¿Qué tiene enfermería ahora mismo en sus manos? Enfermería tiene en sus manos nada más y nada menos que el CUIDADO. El sistema sanitario necesita una urgente reorientación. La creciente prevalencia de la cronicidad y la dependencia está generando una demanda masiva de cuidados que nuestro modelo, fuertemente orientado a la patología aguda y la atención hospitalaria, no puede satisfacer a largo plazo. Esta situación compromete la sostenibilidad del sistema.
Enfermería, responsable del cuidado, debe liderar este cambio hacia la excelencia. Es fundamental que las enfermeras ocupen posiciones estratégicas en la gestión y la toma de decisiones, impulsando un modelo centrado en el cuidado integral y sostenible. Para ello, se necesita una formación avanzada y un desarrollo de competencias en liderazgo.
La cronicidad y la dependencia suponen una gran carga para la profesión enfermera. Es preocupante que el discurso sobre la necesidad de reorientar la atención sanitaria hacia el cuidado, un ámbito que es esencialmente el territorio de enfermería, esté partiendo de los médicos. Los cuidados son, intrínsecamente, el campo de acción de enfermería. Es necesario que la profesión asuma un rol de liderazgo más proactivo y reivindique su posición como el pilar fundamental para asegurar la sostenibilidad y la excelencia de un sistema sanitario del futuro.
El conocimiento es la base. Y generar ese conocimiento, supondría para la enfermería un cambio en su rol de liderazgo. ¿Estamos más cerca?
Yo creo que sí, sí. Indudablemente. Vemos ahora a las nuevas generaciones cuestionando todo, ellos reciben una formación teórica muy buena. Y cuando vienen a la clínica, encuentran ahí una ruptura importante. Y te preguntan, ¿por qué esto? ¿por qué lo otro? Ahora me pongo en el papel asistencial, tenemos oportunidad de mejora. Porque nos están exigiendo, profesionales que todavía se están formando, que seamos excelentes. Que vayamos acompañando la teoría con la práctica y otras formas de trabajar. Entonces, yo creo que sí que estamos mucho más cerca de ir mejorando.
La experiencia tiene sitio.
Claro. Hacer buenas preguntas de investigación es lo que la experiencia te da. Lo ideal para mí sería, desde luego, llevar de la mano el clínico con el académico. ¿Y quién se va a beneficiar de esto? Todo el mundo. Pero sobre todo el paciente. Porque si yo pongo en una unidad de ictus una música relajante que facilita la conciliación del sueño, que disminuye la ansiedad, que facilita el control de la tensión arterial, el pulso… ese paciente probablemente va a necesitar menos medicación, se va relajar más y se va a ver beneficiado.